La chica de los ojos grises
#SaraHerranz
Nuestro primer encuentro, ÉL
|
Erase una vez una chica, una cualquiera, una de esas que cree que no llama la atención y que pasa totalmente desapercibida. Apareció en mi vida un día cualquiera para darle un giro de ciento ochenta grados, para trastocarme y ponerme el mundo patas arriba. No recuerdo a dónde iba ni de dónde venía solo me acuerdo de esa mirada, una mirada gris, profunda y perdida.
No serían
más de las ocho cuando salí del Café Mundial, el sol incidía en el ángulo
perfecto el día que mis ojos se cruzaron con los suyos por primera vez. Mi
corazón dio tantas vueltas que me baje del universo y me volví a subir en unos
segundos. Nunca olvidaré aquellos jeans clásicos y aquel suéter gris
extra-largo que me hacía imaginar, imaginar mucho... aquellos converse negros
tan desgastados. Ese conjunto, tan simple, tan arrebatadoramente sexy, con ese
moño desaliñado y esos mechones ondulados, que revoloteaban al son del aire y
de cada uno de sus movimientos, acercándose hacia MI, al son del compás de la
música que pasaba directa de mis auriculares a cada latido de mi acelerado corazón.
Me decido, levanto el mentón y con la pose más masculina que puedo adoptar me decido a mirarla y allí está, a pocos centímetros de mi, y de repente no puedo respirar. Me mira, le miro, nos miramos. Creo notar que me sonríe, muy tímidamente, pero lo hace. No me lo puedo creer, quiero parar el tiempo, quiero actuar, quiero saberlo todo de ella, quiero saber su nombre, quiero escuchar su voz, quiero oler su perfume, quiero conocerla, quiero conquistarla pero no me atrevo.
No puedo dejar de pensar en como romper el hielo para acercarme, para hablarle, para gustarle. Los nervios me traicionan para no variar y es demasiado tarde para actuar. Y ahí está y con la misma que vino se va, se aleja caminado lentamente, se pierde entre la gente y yo me quedo pasmado dejando que se esfume mi única posibilidad.
Ahora queda en manos del destino el volvernos a encontrar
Comentarios
Publicar un comentario