Hasta siempre

Ilustración de #SaraHerranz

La vida es una caja de sorpresas, una montaña rusa repleta de subidas y bajadas, altas, bajas, sencillas, complicadas. Es maravillosamente agridulce, agridulcemente maravillosa. Es contradicción, imperfección, es felicidad camuflada en pequeños instantes que hacen que el resto no pese tanto, y que lo bueno sea tan bueno que aprendamos a valorarlo, a disfrutarlo. 

Si hay algo que nos cuesta hacer en esta vida es decir ADIÓS, nos aterra, nos mortifica y creemos estar preparados para hacerlo hasta que llega el momento, y nos damos cuenta de que no, no es fácil y mucho menos agradable. Cuando una historia, una etapa de tu vida se acaba, para que se acabe de verdad tenemos que saber cerrarla, tenemos que aprender a seguir adelante sin mirar atrás, sin recular, sin reprochar. 

Muchas veces creemos que no hace falta decirlo, que no hace falta oírlo. Creemos que no hace falta una lágrima, un suspiro, un hasta siempre. Nos guardamos los reproches, los lamentos, nos guardamos esas últimas palabras que nunca fueron dichas, esas últimas sensaciones, ese abrazo que quieres hacer eterno, esas lágrimas disfrazadas de dolor y despedida. Ese suspiro de impotencia al no poder hacer nada más, al girarte y dejar que todo se acabe, que algo que formó parte de tu vida y que creías que iba a ser para siempre se desvanezca y se transforme, se transforme en pasado, en un recuerdo más de lo que pudo ser y no será. 

Tenemos la certeza ciega de que con un mensaje, una carta o una llamada bastará, de que así, de esa manera podemos dar todo por terminado, podemos borrar y continuar como si nada hubiera pasado. Nos encanta engañarnos a nosotros mismos pasando página sin pasarla, siguiendo adelante con una máscara, con una deuda pendiente, un adiós bajo la manga. Tenemos que saber cuando y como decirlo, pero tenemos que hacerlo, al fin y al cabo toda historia tiene un principio pero también tiene un final. 

No sé puede huir eternamente de una despedida, tarde o temprano llega, estemos preparados o no, tenemos que saber decirlo,

 Adiós. 

~ Irremediablemente Inconformista~